La Cúspide del Tedio desde 2011®

La Cúspide del Tedio desde 2011®
La Cúspide del Tedio desde 2011®

viernes, 19 de julio de 2013

escribí esto hace tres vidas



she was soft grunge and seattle rock
loose braids and ponytails
she was hold the liter of jack by the neck
and swallowing death
cut off jean shorts that revealed tanned thighs
white t-shirts with no sleeves
she was combat boots
and knee high socks
she was everything to me that rocks
she was my rock
middle fingers flying through the air
protesting everything everywhere
she was handcuffed and led away
thrown in jail every other day
she was coffee on saturday mornings
sleeping in on sundays
she was emotional and passionate
sha was mine and i can´t forget
she was my biggest regret

Taking stock... The things that matter most.


Viaje de regreso


La música empieza a tomarme poco a poco, recuerdo: te vas caminando de prisa, con los brazos cruzados como sueles hacerlo, todo me intriga, me odio por eso. Desapareces, el viento se apresura, la lluvia amenaza, el camino no dice nada.

Llego a la estación del autobús y me subo a el, ocupo mi asiento, es cálido. Me gustan los autobuses desde siempre. La gente lo llena y este arranca, estoy por dejar la ciudad donde te conocí. Observo a las personas, cada loco con su tema. A mi lado dos amigos conversan: ya está el segundo capítulo, los anexos, diagramas, ilustraciones, métodos, bibliografías... pienso en lo mío, veo a los probables estudiantes, me desagradan sus obligaciones, no me gusta ninguna norma que no sea apegarme a la flexibilidad de lo que me venga en gana, poco me complace.

Entonces pienso en ti, por un instante soy el espejo de todos nosotros, por un momento soy, ¿qué no te das cuenta que estoy tratando de agradarte? Quiero brillar, hincharme, subir, ser visible, quiero que me veas. Llego a casa y no dicen nada, me atiendo y me preparo, no hago nada para no conseguir nada. La calidez de una habitación aparte, e igual que en el autobús, caigo en esa modorra que me mece, protectora y cómoda, pero que sabe que dentro de ella está la cuenta regresiva que inexorablemente la enfrentará contra su antítesis.

Por cierto, el autobús que tomé era el último.