ahora empieza la descripción
de lo inefable,
es necesario relatar
la crónica de la existencia
en estos días.
como quien se detiene a observar la corriente de un río.
en esas mañanas en que el mundo
comienza
donde la realidad se adapta a
nuestros sueños
son sólo ecos,
fragmentos de la mente del que observa.
la calma está
en la pausa entre dos tiempos
en el encuentro del alivio
que camina silencioso
y llega a casa, llega siempre
como el amor dulce y franco
que nunca se ha ido.
encuentro la calma
en la captura de la idea
en la fragilidad del día
eterno e inmutable.
encuentro la calma
en el lento vaivén de los autos
que van hacía ninguna parte
deslizándose sobre la caricia dorada
de la tarde
al encuentro de nada y de nadie
en perpetuo movimiento
de ola de océano
que es perfecta y no sabe
que se mueve.
carlos reyes.