de pronto (como siempre)
me detengo
y reconozco
a todas las personas,
soy toda esa tremenda ignorancia
que tanto dolor trae consigo,
soy ese diario caminar
inevitable
que no lleva a ninguna parte
y soy también
toda esa furia y ese coraje
y ese odio
que tanto calcinan la existencia.
También soy esa persona entre muchas
que realiza cosas perfectamente
cotidianas
pero que es portadora
de una soledad irremediable,
soy
el que se da cuenta,
soy el ojo del que observa
soy el aprendizaje y la enseñanza
de aquellos hombres y mujeres
que intentaron lo imposible.
Soy
-por ahora-
este insomnio y esta sensación
de que no pasa nada, nada, nada.
Soy, pues, esta tarde pasajera
no soy nada más que eso.
Soy este crepúsculo
estas nubes rosas y violáceas,
soy este olor a viejo
de ahora y de mi infancia,
soy este efímero instante
en el cual recuerdo
y digo:
Carlos Reyes López