Recuerdo el primer día que me separé de ti.
estaba el puerto lleno
de marineros blancos
como estrellas
mientras hacían bailar sus peonzas
los niños gritaban tu nombre
de pronto
la ciudad cambió de rumbo
como si fuera un barco a la deriva
aún no sé cómo pude salvarme
ni que ángeles ciegos condujeron mi huida
anoche
soñé que me volvía a perder en el túnel solitario
al despertar
sentí tu mano suave
recordé que la dicha es un tesoro que poseo.
Esperanza Ortega