Kirsten oh Kirsten
(Selección)
II
¿Creíste que podías burlar a tu destino? El mar arroja a los ahogados prematuros y la muerte no abre sus puertas sino a la hora precisa.
Tu cadaver te ha de alcanzar, no tengas cuidado.
IV
No te deseo nada para lo porvenir. Deseo que puedas hacerte un pasado feliz.
VI
La mujer no es una serpiente ni una flor. No tiene leche debajo de la lengua, ni miel, ni nada: tiene saliva. La mujer es, afortunadamente, todo lo que quieras darle.
VII
Te dicen descuidado porque ellos están acostumbrados a los jardines, no a la selva.
VIII
Empieza a caminar. Todo es cuestión de que empieces a caminar. Levántate. ¿Qué muro podrá detener al paralítico, qué abismo?
IX
En la tarde quieta las sombras de los árboles juegan a esconderse. En mi corazón juegan las penas, los sueños, los deseos.
X
Se tiró a bucear en lo profundo del lago y andaba a tientas entre las algas y los peces, mientras arriba el viento, cómplice del sol, se llevaba doradas monedas hacía el campo.
XI
¡Qué hermosa es la vida! ¡Cómo nos despoja todos los días, cómo nos arruina implacablemente, cómo nos enriquece sin cesar!
XIII
Por el ojo de la llave no vas a ver nada en el cuarto a oscuras. ¡Tira la puerta!
XIV
El piquete de una mariposa es más peligroso, mucho más que el de una víbora
XVI
Estoy harto de los poetas y de las quinceañeras. Siempre están ensayando el vals de su presentación en sociedad.
XVII
El ratón se quejaba en su agujero: No me importa comer trigo, migas de pan o granos de maíz: lo que no soporto del mundo es esta opresión y esta oscuridad.
XX
Me hablo de la mariguana, de la heroína, de los hongos, de la llaguasa. Por medio de las drogas llegaba a Dios, se hacía perfecto, desaparecía.
Pero yo prefiero mis viejos alucinantes: la soledad, el amor, la muerte.
XXI
En el capullo de la ausencia crece mi corazón, ¿larva de tí?
XXII
No me vuelvan a hablar de los hombres. Mi rencor es infinito: nada pude darles.
XXIII
Me gustaría ser "jet-set". Tener una fortuna de veinte mil millones de dólares, yates y palacios, aviones, servidumbres, no hacer nada. Ir de un lado a otro, comprar caballos y pinturas, poetas y jardines, baratijas, museos y danzantes y bahías, ¡Arder, arder, brillar con luz propia, ser uno mismo!
XXIV
El joven artista revolucionario quería, con toda el alma, asustar al burgués.
El joven artista revolucionario vive asustado para siempre por el burgués.
XXVII
¡Qué hermosa es la página de papel en blanco! Es como una mujer desnuda esperándonos. Hay una invitación, una petición, una urgencia, una llamada del destino. Todo acto de amor es una escritura permanente.
XXIX
Cada amanecer doy las gracias por haber sobrevivido a la noche.
Cada anochecer doy las gracias por haber sobrevivido al día.
(Debiera dar las gracias, es cierto, por sobrevivirme a mií mismo.)
XXXI
Debí haberte encontrado diez años antes o diez años después. Pero llegaste a tiempo.
XXXIII
Derribé la pared más oculta de tu alma y fui a dar al patio de un alma vecina. Derribé otras paredes y siempre me encontré con que detrás de un alma hay otras, muchas almas. Por eso pienso que las almas no existen.
XXXVI
La policía irrumpió en la casa y atrapó a los participantes de aquella fiesta. Se los llevo a la cárcel por lujuriosos y perversos. Era natural. La policía no puede irrumpir en las calles y acabar con otros escándalos, como el de la miseria.
Jaime Sabines